domingo, 11 de junio de 2017

Hasta que la muerte nos reúna. Capítulo 36

Al vernos llegar, un grupo de dos mujeres y tres hombres salieron de detrás de una caseta. A las mujeres no las conocía, pero a los hombres los había visto en alguna ocasión en la nave del polígono industrial. Nos ayudaron a amarrar el barco. La mujer más mayor, con gafas y ropa ancha, se acercó a mí.
- Supongo que eres el marido de Silvia. –expuso con semblante serio.
- Si, lo soy…-dudé-… al menos eso me han dicho.
- ¿Cómo? –preguntó mientras cargaba una de las armas
- Miriam, -habló Nacho- sufre amnesia desde que se enfrentaron al Patrón
- Entiendo. –me miró fijamente- Pues yo soy quien ayudará a tu futuro hijo a conocer esta mierda de mundo. Si sale bien el plan.

La otra chica también me observaba detenidamente.
- Imagino que tampoco reconoces a Maria. –dijo Miriam
- No. Lo siento. –contesté
- Estaba con tu grupo. –dijo Maria- En Madrid, ayudaste a mi padre y mi hermana. Yo me uní a vosotros más tarde.
- De verdad que lo siento. No te recuerdo. –dije nuevamente

Una vez estuvimos armados, emprendimos el camino a pie entre los árboles. Caminábamos despacio. La luz del sol estaba desapareciendo, y sacaron unas linternas. Debíamos subir una colina y por la parte posterior veríamos el poblado. Normalmente esa zona no estaba tan vigilada. Pues esa parte da a la península. Al llegar arriba del todo, unos grandes focos alumbraban todo el campamento. Una gran verja cubría el perímetro. Descendimos por la zona este. Allí habían cavado en la tierra para poder salir y entrar. Seguía habiendo muchos árboles. Me señalaron una de las casas. Esperaríamos allí detrás hasta que nos tocase el turno de actuar. Aún quedaba una hora. Me asomaba por uno de los costados para observar lo que sucedía. Algunas mujeres caminaban atadas una a otras, escoltados por aquellos hombres.
- Esas son las que más resistencia ponen.  –explicaba Nacho- Las llevan a un harén, donde las prepararan para ser violadas. Todas las noches.
- ¿Y esas como van a atacar? –pregunté confundido
- ¿Ves a la primera de la fila? –me señaló- Esa está ahí a propósito. Antes de resistirse, fue pasando algunas armas dentro del local. Están escondidas estratégicamente, para que todas y cada una de ellas, la encuentre y la utilice. Son conscientes del peligro que corren, pero a todos nos da igual.

Los primeros barcos del Patrón comenzaban a llegar. Se percibía mucho movimiento en el puerto. Gente que subía y bajaba con cajas o mujeres que habían encontrado y secuestrado. Nacho y otro de los hombres maldijeron algo.
- Mierda. –dijo Nacho- Han traído muchas más de las que esperábamos. Eso puede traernos problemas.

Finalmente, el último llegó diez minutos antes de la hora del ataque. En el venían Dani y otros tantos. Vi como Miriam, Maria, Nacho y los demás, se preparaban. Entonces yo también me preparé. Pues una de las señales de que comenzaba la fiesta, era que uno de los focos más próximos al puerto se apagaría. Alguien, encargado por Dani, lo manipularía. Pero aquel foco no se apagaba. Casi nadie quedaba ya en el exterior, a excepción de varios hombres del Patrón que hacían labores de vigilancia. En ningún momento, noté caras de preocupación por no apagarse las luces. Supe que lo tenían contemplado. Estaban más bien expectantes, pues en cualquier momento debíamos atacar sin miramientos. Por mi parte, comenzaba a impacientarme. Nacho me señaló en que casa entraríamos primero, después cual sería la siguiente. Eran tres casas de las más alejadas, en la cual vivían varios hombres del patrón. Las examiné a conciencia. Necesitaba saber cuáles eran las entradas y salidas posibles. Pude notar movimiento dentro de las tres casas. Había al menos cuatro personas en cada una.
- Tú vienes conmigo –me ordenó Nacho- Miriam y Maria irán a la segunda. Ellos dos a la tercera. Debemos ser muy rápidos. De lo contrario, se nos echarán encima.

Asentí con la cabeza. Ellos ya sabían cuál era el plan, así que ni se inmutaron. Pasaban los minutos y el foco seguía encendido. Miré hacia el harén. Se intuía lo que podía estar pasando allí dentro, y me asqueaba. A la vez que alababa la valentía de aquellas mujeres. El foco se apagó y Nacho me golpeó en la espalda para que reaccionase. Vi alejarse a los demás a sus respectivos objetivos. Pronto se escuchaban disparos y gritos. Seguí a Nacho hasta la puerta de la casa. Evidentemente, al escuchar el revuelo, se disponían a salir. Pero Nacho vació su cargador contra la puerta. Por todos lados escuchaba gritos y más disparos. Mi instinto hizo que tirara la puerta abajo. Había dos cuerpos tirados en el suelo. Escuché como se movían hacia la parte de arriba. Nacho entró y me ordenó subir. Subimos lo más rápido que pudimos. Yo iba detrás de él. Alguien nos disparaba desde arriba y no nos permitía seguir avanzando. Afuera el caos era mucho mayor. Podía escuchar órdenes, gritos y los disparos no cesaban. Gente que se resguardaba detrás de las paredes de la casa. Nacho hizo otro intento por subir. Quien fuera el que estuviese arriba, se quedó sin munición. Seguí a Nacho y encontramos a dos hombres con brazos arriba.
- Dispara –me ordenó

Sin pensarlo, disparé al pecho a uno de los dos hombres. El otro suplicaba para que no lo hiciera. Nacho, se acercó y le pegó un tiro entre las cejas.
- Vamos –seguía ordenando- ayudemos a los demás

Salimos de la casa, y nos dirigimos a la siguiente. No podía dejar de mirar a toda a esa gente muerta en el suelo. Miriam y Maria habían cumplido, y los otros dos también. Nos quedamos detrás de la última casa, esperando otra nueva oportunidad. Varios grupos del Patrón aún quedaban en pie, y respondían con más disparos. Escuché movimiento detrás de nosotros. Cuando nos dimos cuenta, teníamos a tres de ellos que venían a por nosotros. Comenzaron a dispararnos.
- Al harén, -gritó Nacho

Antes de comenzar a correr, logré disparar a la pierna de uno. Las balas llegaban desde todas direcciones. Vi cómo se alejaban de mí. Tenía que buscar un refugio enseguida. Logré llegar hasta otra de las viviendas. Una grande. Mientras observaba como una bala alcanzaba a Nacho. Los demás no se pararon y entraron en el harén. Me mantuve escondido y agachado unos instantes para recuperarme de la tensión. El grupo que nos atacaba, se dirigía hacia el harén. Con mucho cuidado, entré en la casa. Las luces estaban apagadas. Cerré la puerta y me agaché. Al mirar donde estaba, supuse que aquí vivía alguien importante. Había cuadros y esculturas. Seguramente robadas de algún museo. El salón era amplio y disponía de chimenea. No escuchaba a nadie. Era buena señal. Me acerqué hasta una de las ventanas, para ver que ocurría. Pude ver como casi todos los hombres del Patrón estaban muertos o de rodillas con las manos atadas. Podía distinguir como comenzaban a subir a mujeres a los barcos. Todo estaba saliendo bien. Comprobé las balas que me quedaban. Antes de salir de nuevo para ayudar, escuché movimiento en la parte de arriba. Me puse en alerta. Allí había alguien más y no podía dejarlo con vida. Subí lentamente las escaleras. Miré por todas las habitaciones, hasta que vi luz en una de ellas. Una luz tenue. Como de vela. Aquella habitación, era un despacho. Escuchaba ruido. El que estuviera allí, estaba recargando un arma. Me apoyé en la pared justo en el cerco de la puerta. Noté como se disponía a salir de allí. En el momento que se acercó, con la culata de la pistola lo abatí. El hombre, fornido, cayó semi inconsciente al suelo. Antes de que se pudiera levantar, le golpee de nuevo. Le vi la cara. Aquella cara me era familiar. Esa barba y el pelo recogido en una coleta, me resultaba familiar. De pronto me tuve que sentar. Mi cabeza daba vueltas, me sentía muy mareado. Me costaba respirar. El olor a mar era intenso. En mi cabeza venían imágenes confusas. Que poco a poco me comenzaban a ser conocidas. No me estaba ahogando en el mar, pero la sensación era muy real. De pronto me vi, en la cubierta de uno de los barcos. Tirado en el suelo. Recibiendo golpes. Descubrí a Silvia siendo llevaba en brazos por dos hombres. Vi el disparo a un hombre joven. Con pelo rizado y barba descuidada. Lo reconocí. En ese instante me acordé sin duda alguna de Marcelo. Recordé a Pol. Recordé a Maria. A Dani… a todos. Recordé como llegamos hasta el pueblito. Incluso recordé como conocí a Silvia en aquella gasolinera. Ahora tenían sentido todos aquellos sueños que me atormentaban. Aun me sentía muy mareado ante tal explosión de recuerdos e imágenes. Necesitaba asimilar todo aquello. Así que me tomé mi tiempo. Permaneciendo unos minutos más allí sentado en el suelo. Miré aquel hombre. Sin duda, era el Patrón. Empezaba a recobrar la consciencia. Me levanté tembloroso, y aparté su arma. Con mucho esfuerzo, logré llevarlo hasta la silla. Con una cuerda que encontré lo amordacé a ella. Aún seguía extasiado por lo que me acaba de suceder. Miré por la ventana, estaban terminando de subirse a los barcos. De un momento a otros, zarparían, con o sin mí. Aunque eso ahora me daba igual. Estaba frente a frente con aquel tipo que arruinó mi vida. En la mesa, tenía una botella de coñac. Necesitaba calmar mis nervios. Di un trago directamente de la botella. Cuando por fin, fui consciente de todo, mi adrenalina estaba como loca por salir. Di un grito de rabia. Un segundo grito, terminó despertar al Patrón. Di otro trago al coñac. Miré fijamente al hombre y le lancé la botella con fuerza. No consiguió evitarla por completo, dándole de refilón provocándole una severa brecha en la ceja izquierda. La sangre le manchaba parte de la cara. Me miró confuso. En ese mismo instante tuve las ganas irremediables de apretar el gatillo. Pero no lo hice. Quería que me viese. Que supiera quien tenía enfrente. Por fin, recupere mi memoria, y lo hice con ganas de venganza.
- ¿Tu? –dijo- Tu eres… estas muerto

Me acerqué a él, agarrándolo del cuello. Con rabia. Mis dientes chirriaban de furia.
- Maldito hijo de puta. –grité- Mírame bien la cara. Aquí sigo, vivito y coleando.
- Mierda… -decía a duras penas con el cuello estrangulado- …no saldrás vivo esta vez.
- ¿Crees que me importa? –dije lleno de rabia

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me ha encantado!!! Genial!!!

Ky2-Style dijo...

VEN GAN ZA VEN GAN ZA !!!