martes, 9 de enero de 2018

Te haré un castillo. Capítulo 10

Capitulo 10
Planificación.

Harold se levantó mas tarde que de costumbre. Habitualmente, cuando tenía pesadillas por la noche, amanecía con jaqueca. Esa noche fue otra de tantas. Al bajar a la cocina, encontró a Sebastian junto a Omar tomando un café. El mayordomo, al verlo, se puso rápidamente en pie.
-Oh… no se preocupe Sebastián. –dijo cansado- Puedo servirme yo solo el té.
-No es molestia señor, -contestó el empleado- es una placer servirle. Siéntese. ¿Otra noche mala?
-Si, Sebastián. –contestó sentándose en un taburete
-Enseguida le sirvo su té y una de sus pastillas. –le dijo

Omar le observaba extrañado. Para nada parecía el hombre del día anterior.
-¿Cómo ha ido su tarea, señor Kozame? –preguntó desganado
-Terminé enseguida –contestó- ¿Puedo preguntarte algo?
-Adelante –dijo mientras se masajeaba las sienes
-Esto no va sólo de un atraco a un banco, ¿verdad? –preguntó enseguida
-Como le dije, señor Kozame, el objetivo final es el atraco. Pero hay cosas que deberemos hacer para que salga todo a la perfección. –contestó el
-Lo que me mandó anoche…
-Lo que le mandé anoche…-repitió Harold-… es un proceso más. No se preocupe. ¿ha desayunado ya?
-Si. Hace un buen rato. –contestó
-Estupendo. –Sebastian le sirvió su taza de té- He de suponer que no ha descansado lo suficiente. Vaya a descansar. Esta tarde nos reuniremos con el resto del equipo.

Omar le obedecio enseguida. A decir verdad, estaba sumamanete cansado. Aunque terminó pronto el encargo, no pudo contener las ganas de probar el equipo informático del que disponía Harold.
A las cinco de la tarde, Sebastián se encargó de que Omar estuviese listo para marchar. Cuando bajó al vestivulo principal, la cara de Harold era del todo distinta a la que vio por la mañana. Ahora estaba lleno de energía. Pasaron directamente al garaje, y ambos se subieron en la parte trasera de un lujoso coche. Sebastián era su conductor. Transitaron por las calles de la ciudad, hasta llegar a las puertas de una Terraza Bar del centro. En la Gran Vía madrileña. Harold esperó a que Sebastián les abriese la puerta, y ambos bajaron. El mayordomo desapareció con el coche a saber donde. Omar, tan solo seguía los pasos de un callado Harold. Entraron dentro del establecimiento, y Omar supuso que no eran simples clientes. Ya que la camarera que se encontraba en la barra, enseguida que vio a Harold, se puso tensa.
-Buenos días, señor Bryne –saludó la camarera

Harold ni la miró. Entraron en una zona privada del local, y cerraron la puerta tras de si. Se encontraban en lo que parecía el despacho del encargado. La salita era minúscula. Con un escritorio a la derecha y una segunda puerta a la izquierda. Harold abrió esa segunda puerta, y Omar pudo asomarse un poco antes de comenzar a bajar unas escaleras sin iluminar. Calculó que bajaron al menos cinco metros antes de llegar a una estancia igual de grande que todo el bar de la primera planta. Allí ya estaban el resto de integrantes esperando. Omar se sorprendió.
-Buenos días –saludó Harold.

Todos contestaron con un: buenos días.
-Veo que todos han recibido el mensaje y no han tenido problemas para encontrar el lugar. –continuó- Ahora que estamos todos, podemos empezar.

Miró de reojo a Matteo, que parecía mas serio que el resto. Les invitó a tomar a asiento en unas sillas sobrantes de la terraza del bar, y él permaneció de pie.
-Como os comenté en la reunión de ayer, nuestro objetivo principal será el robo de un banco. Para terminar de convencer al señor Bracco, le mostré una serie de procesos en nuestra ausencia de ayer en el desayuno. He de suponer, que ya estará trabajando en ello. ¿no es así señor Bracco?

El italiano hizo un gesto de afirmación.
-Estupendo. No obstante, para que pueda trabajar en profundidad, le he traido todo lo que vio en mi sala. Esa será su misión. Como comprenderá, necesitamos que se ponga con ello cuanto antes.
-¿El resto que vamos a hacer? –se apresuró a preguntar Macarena
-En primer lugar, como os dije ayer, tendremos que hacer unos pasos previos. –sacó de su maletín una foto de un hombre- Antes de comenzar, me gustaría que todos los presentes, me confirmen su compromiso. De  no ser asi, ruego me lo comuniquen enseguida.

Sin saber cuales iban a ser sus funciones, todos acpetaron.
-Fenomenal. –sonrió levemente- Nuestro primer objetivo es Artuto Gil –les mostró la fotografía- Es el director del Banco Internacional Suizo. Aquí es donde entra usted señorita Ballesteros. Su misión es hacerse pasar por nueva cliente del banco. Pedirá cita con el director, que por supuesto, aceptará. Una de las preguntas que le realizará será por su nómina. Que desafortunadamente, usted no tiene debido a su negocio.

Eso le cayó como un jarro de agua fría. Todos volvieron su mirada hacia ella. Que se sintió mas incómoda que nunca.
-No se preocupe Macarena –le dijo Harold- no hará nada que no haya hecho anteriormente. Le dirá la verdad. Le explicará cuales son sus ingresos y…-hizo una pausa incomoda incluso para el-… le propondrá uno de sus servicios a cambio de confidencialidad.

Aquello no se lo esperaba. Ahora entendía porque la había reclutado. No es que le pareciese mal, pero utilizar su necesidad de esa manera no le sentaba bien.
-Señorita Ballesteros…-continuaba Harold-… entendería que en este punto usted no estuviese de acuerdo.
-No, no tranquilo –mintió a medias- sólo que no esperaba tener que volver hacerlo.
-Si todo va como lo tengo planeado, debería ser la ultima vez. –aclaró
-Vale, a ver si lo he entendido-recapituló-Voy al banco, pido hablar con el director Arturo Gil, le ofrezco mis servicios y después ¿Qué?
-En caso de que el el señor Gil, acepte. Algo que creo que ocurrirá en un noventa por ciento, deberá concretar un cita como hace habitualmente. –le contestó
-De acuerdo. –dijo convencida
-Señores Águila, ahora es vuestro turno. –les miró- Deberán dejar constancia audiovisual de lo que ocurra en el apartamento de la señorita Ballesteros. Para ello, contareis con la estimable ayuda del señor Kozame.

Los hermanos sonrieron pícaramente y asintieron.
-Creo que no hace falta decir, que esto no es la filmación de la una película pornográfica –les increpó-Asi que espero que sepan comportarse. Una vez tenga el contenido, deberán presentarmela lo antes posible.

Guardó la fotografía de Arturo Gil, y sacó otra.
-Este es Blas González –miró a Alana Noboa- Director de la Policia Nacional. Para esta misión, preciso de sus servicios señorita Noboa. Sería agradable que pusiera en práctica sus hablidades con el señor González. El objetivo es que se apodere de su arma reglamentaria y la ponga en manos del señor Gaos. –ahora miró a Francisco- ¿Sería capaz de reproducir al milímetro su arma?
-Una vez que la tenga en mi poder, supongo que si. –confirmó el fasificador.
-Confío en que lo logrará. –le sonrió- No obstante, hasta que la señorita Noboa le entregue la pieza, sería recomendable que empiece a fabricarnos –sacó un sobre- un pasaporte nuevo. En este sobre encontrara algunos libros de procedencia auténtica que le facilitará el trabajo. No me pregunte como los conseguí.

Francisco se avalanzó a por ellos. Parecía hasta emocionado. Miró el interior, y se sorprendió. Era libros de pasarporte completamente nuevos y en blanco. Sus ojos brillaban. Estaba claro que Harold hablaba en serio por completo.
-Por ultimo, señor Kozame, en el cajón de esa mesa –le señaló un escritorio solitario al fondo de la sala- Encontrará unos dispositivos móviles. Nos sería de gran utilidad, que pudiera modificarlos para que sean irrastreables y con línea privada. ¿es posible?
-Por supuesto, tan solo necesitaría…-Harold le interrumpio burcamente
-Lo siento señor Kozame, lo que necesite solo tiene que pedirlo. Pero le ruego no nos aburra con el argot tecnológico que suele utilizar, pues no entenderíamos nada. –cerró el maletín, y se dispuso a subir- Buena suerte. La próxima reunión tendrá lugar mañana a la misma hora. Informarme de vuestros progresos.

Subió las escaleras, dejando al resto asimilando lo que debían hacer.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Intento adivinar por donde va... me encanta esta parte de preparación y desarrollo. Con ganas del siguiente. Gracias por esta historia... como siempre!!!

Unknown dijo...

Es una mezcla de The italian job y oceans eleven. Mola ver el papel que tiene cada uno en el plan.