lunes, 15 de enero de 2018

Te haré un castillo. Capítulo 24

Capítulo 24

La noche del atraco.

Llegó la noche. Estaba todo preparado. Habían colocado cámaras por toda la calle y en el interior del banco. Además de un centenar de agente vestidos de calle. Un grupo de asalto escondido en furgonetas. En otra de ellas, se encontraban Jimena y Jordi, además de otros agentes, vigilando a través de varias pantallas lo que ocurría en el exterior. Aún quedaban tres horas, según la versión de Jimena. No podían levantar sospechas, y que alguno del equipo de Harold se diese una vuelta de reconocimiento para vigilar la zona. Jimena recibió un mensaje de Harold. Le decía que no se preocupara, que todo iba a salir bien. Que en cuestión de horas, estarían lejos de ahí, disfrutando de unas largas vacaciones. Jordi miró de reojo.
- ¿Es él? –preguntó 
- Si. Parece que ya están preparados. No sospecha nada. –contestó ella
- Contesta de todas formas. Que se quede tranquilo. –ordenó

Ella obedeció. A pesar de todo, Jordi seguía siendo su superior. Le contestó tranquila, y a decir verdad, muy sinceramente. “Ya lo sé amor, tened cuidado. Te espero impaciente. Te quiero.”
Harold escribió de nuevo con un simple: te quiero.
El tiempo pasaba relativamente lento. Miraban incesantes las pantallas, vigilando con esmero cada movimiento. Casi como un reloj suizo, dos furgonetas blancas hicieron aparición. El edificio contiguo tenía una puerta de vehículos, que se abrió casi al instante de la llegada de las furgonetas.
- Equipo beta –informó Jordi desde un walkie- atento, las furgonetas ya han llegado. Equipo Alpha ¿Algún movimiento en el interior del banco?
- Negativo señor –contestó el equipo Alpha
- Recibido, equipo Alpha. –contestó Jordi- Estad atentos, si todo va según lo planeado, en cuestión de una hora, podrían terminar de perforar la cámara.

Pasaron unos minutos, y Jordi habló con Jimena.
- Hemos investigado el edificio, -dijo mirando un plano- este hijo de puta lo tiene todo planeado. No levantaría sospechas, porque está a nombre de una de sus empresas. 
- Ya te lo dije. –afirmó

Afuera, una de las furgonetas entró dentro del edificio contiguo, y la otra se aculó bloqueando la puerta con las puertas abiertas. Evidentemente, para cargar lo que tenían pensado robar. Nadie hablaba por la radio. Todos expectantes a las órdenes de Jordi. Aún tenían una hora para que consiguieran entrar en la cámara de seguridad. Justo en la misma puerta de la cámara, por el lado exterior, esperaba un grupo armado de la policía. Jimena se encontraba muy nerviosa. 
- Señor –dijo un agente por la radio- están descargando herramientas del furgón número dos.
- Recibido Beta –contestó Jordi- esperad a mis órdenes, debemos esperar a tenerlos dentro de la cámara. Repito, debemos detenerlos dentro de la cámara.
- Afirmativo –dijo Alpha y Beta a la vez

Jordi empezaba a impacientarse. Cambiaba constantemente las cámaras. No quería perderse nada. Alternaba las del exterior con la del interior del banco. Observaba el reloj. No tenía la certeza de cuanto se tardaba en perforar una cámara de seguridad de un banco, pero sí que les resultaría complicado. 
- ¿Algún movimiento en interior? –preguntó Jordi por radio
- Negativo señor –contestó por el mismo método
- Avísenme si escuchan algo –ordenó
- Recibido 

Jimena comenzaba a tener sudores fríos y le temblaba una pierna. ¿Qué pasaría cuando descubriese que lo había delatado? Por un momento temió por su vida. Sabía de las influencias que tenía, y comenzó a sentirse demasiado incomoda.
- ¿Estás bien? –preguntó Jordi al verla pálida
- Represalias… -contestó
- No te preocupes, te protegeremos. –le dijo animándola

Casi había cumplido ya los sesenta minutos. Afuera, en la calle, una de los furgones, cerró las puertas y se disponía a marcharse.
- Pero… ¿Qué cojones…? –dijo Jordi- Atención, atención, a todas las unidades…-llamó por radio-… hay movimiento. Una de las furgonetas se va. 
- Esperamos instrucciones, señor –contestó alpha
- Detenerla –ordenó

Un equipo de asalto, escondida en un vehículo, les cortó el camino interponiéndose delante. Los agentes, pistola en mano, salieron y apuntando al conductor le ordenaron bajar. Todo lo estaban viendo desde la pantalla, Jordi y Jimena. Al ver al conductor, Jimena sabía que algo no iba bien. No era ninguno del equipo de Harold. Los agentes abrieron las puertas del  furgón.
- Señor –llamó el equipo por radio- no hemos encontrado nada. Solo productos de limpieza.
- Entrar en el edificio –ordenó- Los del interior, abrid inmediatamente la cámara.

Desde una cámara móvil de uno de los agentes, podían ver qué pasaba en el interior. Al abrir la puerta, todo estaba en orden. No había agujero, ni nadie intentado perforarla. El equipo que entró en busca de la segunda furgoneta, informó de que solo estaban cargando unas sillas y mesas de oficina. Los empleados tenían cara de miedo y susto. Ya que los habían puesto contra la pared y los registraban. 
- Mierda Jimena –le miró enfurecido- mierda… ¿Qué cojones ha pasado?
- No lo sé Jordi…-estaba aterrorizada.
- ¿Seguro que era hoy? ¿Seguro que era aquí? –le gritó llevándose las manos a la cabeza
- Jordi, estuve en la reunión previa. Te juro que… -no entendía nada.

En esos momentos, Andrés Cárdenas, entró en la furgoneta. Con cara de pocos amigos y dando un severo puñetazo a la mesa de los monitores. 
- Andrés…-dijo Jordi-… no sé qué cojones ha pasado…
- ¿Es ella? –preguntó brusco
- Si…-dijo confundido
- Agentes…-ordenó-… llévesela. Agente Jimena Belda, queda detenida. 
- No –dijo Jordi- respondo por ella.
- Secada…-le amenazó con un dedo-… usted será el siguiente, como siga…

El móvil de Andrés sonaba con insistencia. Terminó contestando. Al finalizar la llamada, se dirigió a los dos.
- Hemos registrado la vivienda que la agente Belda nos indicó. Allí no hay nada. Ni siquiera está a nombre de ninguna familia Irlandesa. Pertenece a una familia española, que se encuentra de vacaciones en Ibiza. 

Una nueva llamada, le interrumpió. Esta vez, la noticia que le estaban dando, cabreó mucho más a Andrés. Se llevó la mano al pelo, y respiró fuerte.
- ¿Cuánto? –preguntó por teléfono- Me cago en mi puta vida… ahora vamos.
- ¿Qué pasa? –preguntó Jimena
- ¿Qué pasa? –estuvo a punto de agredirla- ¿Qué pasa? Que a partir de ahora, se le añade el cargo de cómplice de robo. 
- ¿Cómo que cómplice? –preguntó Jordi desafiante
- Jordi, me cago en la puta, piensa un poco más con la cabeza y menos con la polla –le inquirió- esto es una distracción. 
- ¿Qué han robado? –preguntó sabiendo que llevaba razón
- Vámonos. –le ordenó

Mientras Jimena era llevada detenida, sentía que su vida se iba por un precipicio. En cierto modo, sabía que se lo merecía. Ahora le tocaba demostrar que ella también fue engañada. Como había sido engañado todo el mundo. Antes de subirse al vehículo oficial, Jordi le lanzó una mirada tranquilizadora. A fin de cuentas, él había sido quien confió en ella. Sabría como sacarla de este problema. 

2 comentarios:

Unknown dijo...

Menos mal... trás tanta preparación hubiera quedado fatal que le engañaran tan fácil...

Ajenoaltiempo dijo...

Estuve a punto de creerme todo pero luego recordé que esto lo escribe el maestro de los plot twist y me quedé tranquilo